lunes, 11 de enero de 2010

El amor de la Diosa




Quería comenzar estas palabras con el nombre de la Diosa en mis labios.
Ella, silenciosamente, nos muestra su amor en cada rincón en donde miremos. Nos enseña el arte de la paciencia. Nos da todo lo que podemos necesitar sin hacer preguntas, sin pedirnos nada a cambio, de una manera altruista. Nos regala su cara más hermosa cada primavera y nos ofrece una auténtica bendición llegada del cielo cada vez que sus lágrimas son derramadas por su cuerpo.
¿Eso no es amor?
¿Por qué no podemos poner nuestro granito de arena y aprender de Ella?
La compasión que nos enseña tan amorosamente podríamos introducirla en nuestras vidas y veríamos cómo lo que nos rodea cambia tan dulcemente que no nos daríamos cuenta.
Sus hijos, los elementales que viven a nuestro alrededor, cuidan de ella y lloran al ver nuestra ignorancia, nuestro pasotismo....


Guardad en vuestro corazón las palabras de la Diosa:


Escucha las palabras de la Gran Madre, quien en tiempos antiguos fue llamada entre los hombres: Artemisa, Astarté, Dione, Melusine, Afrodita, Cerridwen, Diana, Arianrhod, Isis, Brígida y por muchos otros nombres. Ella está en el polvo de cuyos pies son las huestes del cielo y cuyo cuerpo rodea el universo.


Yo, que soy la belleza de la verde tierra y la blanca luna entre las estrellas y el misterio de las aguas y el deseo del corazón del hombre, llamo a tu alma. Levántate y ven a mi. Porque yo soy el alma de la naturaleza, que le da la vida al universo. 
De mi proceden todas las cosas y a mi, todas las cosas deben regresar; y ante mi rostro, amado de los Dioses y de los hombres, deja que tu ser divino más profundo sea envuelto en el arrobamiento del infinito. Permite que mi veneración esté dentro del corazón que se regocija; porque contempla todos los actos de amor y de placer en todos mis rituales. 
Y por lo tanto, deja que ahí haya belleza y fuerza, poder y compasión, honor y humildad, regocijo y reverencia en tu interior. 
Y tu que pensaste en buscarme, sabe que al buscar y anhelar no me encontrarás a menos que conozcas el misterio; si eso que buscaste y no encontraste dentro de ti, tu nunca lo encontrarás fuera de ti. Porque contempla, he estado contigo desde el principio y yo soy aquello que se logra al final del deseo.




Bendiciones.

1 comentarios:

Hada Artesana dijo...

es precioso gracias por compartirlo.

besicos

 
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